La apertura al público de la estación de Saint Pancras, en pleno corazón de Londres, se traduce en un ahorro de 20 minutos para los usuarios del Eurostar, que une Londres y París gracias a un túnel (el chunnel) bajo el Canal de la Mancha. El Eurostar tarda ahora dos horas y cuarto en completar los 109 kilómetros que separan las dos capitales, un tiempo que le permite competir de forma muy ventajosa con los enlaces aéreos.
La nueva estación de Saint Pancras ha costado 1.200 millones de euros, y se espera que por sus instalaciones pasen 45 millones de personas al año. Entre las novedades más interesantes, la disponibilidad de conexión WiFi, las pantallas de cristal líquido en las que se pueden consultar los horarios de los trenes y los monitores de pantalla táctil.
La duración del viaje a otras ciudades europeas también se ha reducido de forma sensible; así, Londres y Bruselas están separadas por algo menos de dos horas.
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