El inhóspito territorio situado entre los ríos Kunene y Ugab, en Namibia, esconde uno de los ecosistemas más fascinantes de la Tierra. El único «pero», que la única forma de explorar el área, de más de 16.000 kilómetros cuadrados de extensión, es un safari aéreo que permite sobrevolar los accidentes geográficos más relevantes de la zona en la que el desierto de Namibia y el océano Atlántico se encuentran: la costa de los esqueletos. ¿Puntos de interés? La montaña de ágata, los castillos de arcilla de los Hoarisib, algunas salinas…
El nombre de «costa de los esqueletos» tiene ya varios siglos de historia; la fuerza de las olas y el duro clima del desierto se convertían en una trampa mortal para aquellos que naufragaban o desembarcaban en estos parajes, que se veían empujados hacia tierra firme sin posibilidad alguna de regresar; la esperanza de hacerse de nuevo a la mar llevaba a los marineros a recorrer la costa en busca de condiciones más favorables, pero el resultado más habitual era la muerte por inanición, ya que la práctica ausencia de formas de vida animales y vegetales y la escasez de lluvias se convertían en una cruel condena.
En los últimos años se han rodado distintos documentales en la costa de los esqueletos, todos ellos dedicados de una u otra manera a formas de vida que han logrado adaptarse a la aridez extrema.
Muchas gracias por tu articulo. Este agosto me voy ha pegar un viaje de aventura de estos que no se te olvidan en la vida. Africa austral.
Espero vuestros consejos, y no dudeis que cuando vuelva del viaje, os comentare como me ha ido. Subire incluso alguna foto a algun servidor para que podais disfrutar lo que yo.
Esperamos tus noticias, ANsio 🙂