Castillo roquero de Atienza (Guadalajara)

El Castillo de Atienza se eleva sobre esta pequeña villa guadalajareña, asentado en una muela de roca caliza; en la actualidad solo se conservan la torre del homenaje y algunos lienzos del muro, pero las vistas que ofrece hacen de la visita una experiencia única. Levantado sobre una fortaleza natural de roca, se denomina «castillo roquero«, sobrenombre por el que es conocido en la comarca.

El emplazamiento del actual castillo de Atienza fue uno de los focos de resistencia más señalados durante la conquista de la Península por los romanos (fue sometida unos años después de la caída de Numancia). Unos siglos después se convirtió en una de las fortalezas clave de los musulmanes, y el Cantar de Mio Cid asegura que el propio Rodrigo Díaz de Vivar dio un rodeo en su camino a Valencia para evitar una derrota segura a manos de los defensores del castillo, considerado entonces inexpugnable. La conquista de Toledo, en 1085, trajo consigo la rendición de Atienza, que durante los siglos venideros gozó del favor real y se convirtió en una de las villas más ricas de la Corona de León y Castilla. Su lento declive se reflejó en el castillo, que fue poco a poco perdiendo su fama.

En la actualidad se puede visitar el castillo de forma completamente gratuita, e incluso es posible subir a la torre del homenaje, que ofrece unas vistas impresionantes tanto de Atienza como de la comarca circundante. Se echa de menos un esfuerzo de las administraciones en pos de su convservación, ya que el castillo presenta hoy por hoy un estado de abandono desalentador.

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