Hoy dedicamos unas líneas a cinco ciudades con encanto; son cinco ciudades pequeñas, pero que conservan un rico patrimonio y que invitan a descubrirlas en cualquier época del año.
Astorga (León): fundada por César Augusto en el año 14 a. C., fue una de las primeras sedes episcopales de la Hispania romana. Conoció sus épocas de mayor esplendor bajo la dominación romana y con el apogeo de la industria chocolatera a finales del siglo XIX y principios del XX. La Ruta Romana y el Museo del Chocolate se unen a su larga lista de patrimonio: el Palacio Episcopal de Gaudí, la Catedral, las murallas (y la brecha que dejó en ellas la Guerra de la Independencia), el Ayuntamiento y su Plaza Mayor, la casa de los Panero, la iglesia modernista de San Andrés… El Camino de Santiago y la Vía de la Plata confluyen en sus calles. Su Semana Santa, en la que casi la mitad de sus habitantes participan como cofrades, atrae a miles de personas cada año. El último fin de semana de julio acoge una fiesta con mucha historia, Astures y Romanos, y su festival de cortos es uno de los más veteranos del noroeste y una cita imprescindible en la primera quincena de septiembre. No se puede visitar Astorga sin probar el cocido maragato, su cecina y sus embutidos, sus dulces típicos (mantecadas, hojaldres, merles…) y su chocolate.
Ciudad Rodrigo (Salamanca): de origen prerromano, la repoblación por Fernando II de León durante la Reconquista la dotó de su primera muralla. Su ubicación estratégica la convirtió en sede episcopal y su desarrollo se explica en buena medida gracias a su íntimo enemigo, Portugal. En el siglo XIV se construyó su castillo, reformado en los siglos XV y XVI; en la actualidad alberga un Parador Nacional. Conoció su esplendor durante los siglos XV y XVI, y en el siglo XVIII se construyeron los baluartes de su muralla, convirtiéndola en una fortificación que probaría su eficacia durante la Guerra de la Independencia. El Carnaval del Toro y la Semana Santa son dos de las celebraciones más arraigadas en Ciudad Rodrigo, que cada Sábado Santo acoge la Fiesta de la Charrada, un encuentro folclórico charro-portugués. No puedes dejar de probar los huevos fritos con farinato (el farinato es un embutido típico de la zona).
Jaca (Huesca): capital de los iacetanos en época prerromana, su conquista e integración en el Imperio (año 194 a. C.) la convirtió en una próspera ciudad romana hasta su decadencia en el siglo III. En el siglo XI fue la primera capital del Reino de Aragón; de esta época es su Catedral románica. En el siglo XVI se construye la Ciudadela de Jaca, magnífico ejemplo de arquitectura militar. Jaca acoge el Festival Folclórico de los Pirineos los años impares, y el Festival Internacional en el Camino de Santiago, un certamen de música antigua, cada mes de agosto. La proximidad de los Pirineos y el Pabellón de Hielo de Jaca la convierten en capital española de los deportes de invierno. La gastronomía de Jaca está marcada por la cultura ganadera, siendo el cordero el gran protagonista.
Sigüenza (Guadalajara): de origen prerromano, su ubicación le dio cierto protagonismo en época romana, aunque su auge llegaría tras la reconquista, en el siglo XII, época en la que se convertiría en sede episcopal. Su patrimonio comienza por la Catedral de Santa María (que alberga la estatua yacente del Doncel de Sigüenza), el Castillo (hoy Parador), el Palacio Episcopal, las murallas, la casa del Doncel, la Plaza Mayor, las iglesias, ermitas y capillas de la ciudad…
Tarazona (Zaragoza): su ubicación en la frontera de los reinos de Aragón, Castilla y Navarra la convirtió en objeto de deseo, pero también la dotó de un singular estatus de enclave comercial y diplomático (su diócesis, establecida en el siglo V, abarcaba territorios de los tres reinos). La Catedral de Nuestra Señora de Huerta fue una de las primeras catedrales góticas de España; la Casa Consistorial (siglo XVI), el Palacio Episcopal, las murallas o la Plaza de Toros Vieja (que es, curiosamente, una plaza) son algunos de los monumentos que valieron a Tarazona el reconocimiento como Conjunto Histórico Artístico. Cada mes de agosto acoge el Festival de Cine de Comedia de Tarazona y el Moncayo Paco Martínez Soria, un evento que congrega en cada edición a lo más granado del cine español. También en agosto se celebra una fiesta singular y de renombre dentro y fuera de nuestras fronteras, el Cipotegato.